Love.

English version 🙂

En los tiempos de los expertos financieros y de los paradigmas socio-económicos del individualismo, la competitividad y la escasez, un nutrido grupo de voluntarios nos hemos puesto y dispuesto a explorar cuánto de cierto hay en esos paradigmas y en los opuestos, los de la alegría compartida, el altruismo y la abundancia.

Nos dicen algun@s que la economía es cosa de cálculos indescifrables y líderes formados en Harvard u Oxford, trabajando en el FMI, pero no tenemos porqué creer necesariamente en ello. Tampoco tenemos que creer en el monocultivo económico y organizativo que muchas veces se nos ofrece… La exploración de nuevas propuestas y maneras de organizarse es vital para una sociedad dinámica y en constante mejora.

Estos días pensaba en las palabras de Mahatma Gandhi, cuándo decía que no luchamos contra las personas que dañan a otras (léase, corruptos, violentos, o miedosos),  luchamos contra la fuente, la causa esencial de esos errores, que vive en la mente de esas personas, pero que no son esas personas. Gandhi decía: “nuestros verdaderos rivales son el miedo, la avaricia, el egoísmo, y es contra ellos contra los que tenemos que luchar”.

«Yo hice mi parte, ¡Ahora es tu turno!»

¿Y cómo luchar?

Probándonos a nosotr@s mism@s que todo lo contrario es posible y tiene más valor para nuestras vidas y las vidas de los demás.

Alegría compartida, Altruismo, Abundancia.

El pasado martes 12 de Abril un grupo de 14 voluntari@s y más de 40 comensales nos juntamos para experimentar con una idea y concepto que habla alto sobre estas tres Aes.

Karma Kitchen es un experimento glocal (global y local) que pretende generar un espacio de práctica de la generosidad a través de la sencilla acción de preparar comidas para otros.

Por una parte, los experimentos de Karma Kitchen ofrecen una experiencia culinaria en la que no puedes pagar por tu comida. En Karma Kitchen la cuenta al final de tu comida siempre es 0. Alguien que ha venido antes que tu ha pagado por tu comida, y ahora tú eres libre de mantener esa cadena de generosidad funcionando y permitir que con tu aportación voluntaria alguien que viene después de ti pueda disfrutar de la misma experiencia. Karma Kitchen es un experimento colectivo que se crea con la generosidad de muchos.

Seva Café en Ahmedabad

Cada experimento Karma Kitchen en el mundo tiene las peculiaridades de lo local, de la cultura del lugar, de las personas que forman parte de cada grupo.

En Ahmedabad, India, por ejemplo, son más de 10 años los que Karma Kitchen lleva en marcha (Seva Café es su nombre local). El proceso de creación de aquel espacio es uno que habla maravillas del esfuerzo colectivo y de la confianza. ¡El propietario del local decidió donar el espacio para que se utilizara todos los días con el propósito de repartir generosidad! Gran cantidad de líderes sociales decidieron donar recursos, tiempo y cariño para poner el experimento en marcha, y gran cantidad de voluntarios han pasado horas y horas ofreciendo comidas y practicando el servicio incondicional. Ha habido cientos de conciertos, recitales de poemas, improvisaciones, charlas para el recuerdo… Más de 10 años después, Seva Café sigue siendo un lugar de inspiración y revolución profunda.

Para los voluntari@s españoles que pasamos por allí hace unos días, Seva Café fue uno de los espacios que más disfrutamos. El sentido de comunidad y abundancia que se vive en Seva Café no se encuentra en muchos lugares en el mundo. Es un lugar en el que nadie espera nada de ti, uno se siente en familia nada más entrar. Y es ese sentimiento, la segunda parte de lo que ofrece Karma Kitchen, el que nos queríamos traer para nuestra parte del planeta.

Entre vari@s voluntari@s empezamos a mover hilos para hacer un primer intento en Burgos y enseguida encontramos a Mercedes, la dueña del restaurante Cosas de Comer. Conectó con la idea y con la esencia desde las primeras conversaciones y decidió lanzarse a la aventura con nosotr@s. Nos cedió su espacio para hacer este primer experimento y no solo eso si no que ella y su hermana Mari Carmen arrimaron el hombro como dos voluntarias más, ayudándonos enormemente con las compras, la cocina y la gestión. ¡Gracias Mercedes y Mari Carmen!

La noche del martes fue muy especial para mucha gente. Empezando por los voluntarios.

Rina fue una de nuestras voluntarias; recién llegada de más de 4 meses de voluntariado en India, la experiencia de Karma Kitchen en Burgos fue para ella como un bálsamo en su transición de vuelta a casa en Philadelphia: “todo el proceso de creación del espacio, las reuniones de los días previos, los trabajos de decoración,  y el día del evento en sí, han sido ejemplos de fluidez, entendimiento y colaboración. Todos los voluntarios implicados han tenido un espíritu remarcable. En el día D, el espacio fue transformado en un espacio de comunidad, no solo con los comensales, también en la cocina dónde todos nos entendimos como si lleváramos años trabajando juntos y habláramos el mismo idioma”.

 

Entre tod@s los voluntari@s conseguimos crear un ambiente especial. Mari Carmen, Mercedes, Celia, Mama Conchi, Rina, y Patricia organizaron todo en la cocina, preparando 5 platos increíbles con mucho amor; nuestr@s super camareros Alex, Diego, Celia y Miki (recién llegado de Madrid…) fluyeron grácilmente entre las mesas, sirviendo a tod@s con mucha paciencia y muchas sonrisas; nuestra Metre particular, Carmen, se multiplicó por 4, y sacó adelante una posición muy complicada con la entereza de alguien que lleva 20 años en el puesto :); y los creadores de ambiente y escuchadores, Beitas, Joserritas, se afanaron por responder preguntas, acoger, dar la bienvenida y la despedida. ¡Sin olvidar a nuestro fotógrafo Rubén!

Fue un noble placer observar las sonrisas de la gente y darme cuenta de la mía propia. Muchos de los comensales eran amig@s de los voluntari@s, pero otros eran usuarios habituales del restaurante y el sorpresón que se llevaron fue mayúsculo. Recibimos a todas las personas con una flor en la que se leían algunos de los valores del experimento: amor, confianza, compasión… Todas las paredes fueron decoradas con hermosas fotos, frases, telas… Las mesas tenían mandalas hechos con verduras y rocas, los menús explicaban con cariño el concepto y el proceso… E incluso montamos una Mesa Amable en la que tod@s podíamos coger y dejar regalos sin ataduras :). Como comentaba una de las voluntarias toda la atmósfera vibraba con amor y alegría:).

En mi experiencia personal, es en estos ambientes de Alegría, Altruismo y Abundancia dónde surge la magia potencial que todos llevamos dentro. Es como si, al encontrar estos espacios, nuestro corazón se abriera a lo que realmente es, una fuente de estas tres Aes. Durante la noche  hubo reacciones muy bellas y espontáneas: un grupo de personas ofreció sus verduras ecológicas para una próxima vez, un director de una gran empresa de Burgos comentó que quería traer a sus empleados para hacer voluntariado, personas que venían solas se mezclaron con amigos desconocidos en la mesa de la comunidad, e incluso una chica de Madrid ya nos ha contactado para replicar el experimento en la capital… Y ayer Miki y yo compartimos sobre nuestra experiencia en la maravillosa Fundación Entredós, como parte de una charla sobre Generosidad Radical 🙂 La magia también fluyó allí :).

Karma Kitchen no es un espacio para cambiar a nadie, es un espacio para cambiarse a uno mismo. Gandhi decía, “Sé el cambio que quieres ver en el mundo”. Toda revolución externa sostenible comienza en algún tipo de revolución y transformación interna. La noche se desarrollo en ese espíritu de transformación y servicio.

Como reflexionaba Miki en el círculo de cierre, cuándo damos sin esperar nada a cambio uno nunca sabe a ciencia cierta lo que ha generado. Las consecuencias viajan por el mundo tocando muchas vidas de las que nunca llegaremos a saber.

Otra de las reflexiones más importantes que me llevo es que casi no hubo difusión y todo fue perfecto así… El desarrollo orgánico y humilde de la experiencia es parte esencial de los ideales que Karma Kitchen cuida para el mundo.

En este baile de dar y recibir, el objetivo y el proceso se funden en uno. No importa cuántas personas conozcan Karma Kitchen, no importa cuántas comidas o cenas acabemos sirviendo, el proceso de creación altruista en sí mismo ya guarda un valor incalculable.

Aún no sabemos cuándo haremos el próximo experimento, pero muchas personas ya están esperando que la próxima noche ocurra. Yo entre ellas 🙂

Larga Vida al Planeta y a l@s Voluntari@s 🙂